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26/11/2013 Las obras públicas forman parte del patrimonio y fortalecen la memoria histórica de la sociedad

Imagen histórica del dique seco de Matagorda en Puerto Real (Cádiz).

La administración pública y la sociedad en general, tienen la obligación de saber valorar el patrimonio que conforman las obras públicas, con el fin de conservarlo y contribuir así a engrandecer el patrimonio del futuro.

Hubo un tiempo en que los criterios de valoración y conservación de las obras públicas atendían solamente a motivos arbitrarios. Se conservaban, únicamente, aquellas obras públicas que mantenían su uso, o aquellas obras cuyos autores se empecinaban en preservar. La ingeniera de Caminos Canales y Puertos, Rosario Martínez Vázquez de Parga, participó junto a su colega y profesor José Antonio Fernández Ordóñez, en definir los criterios de valoración del patrimonio de las obras públicas en cinco categorías (estético, histórico, simbólico, de uso y científico) reconocidas por el Consejo de Europa y asumidas por los gobiernos actuales.

La misma especialista en patrimonio de las obras públicas, Rosario Martínez, ha participado en el curso de posgrado “Fuentes para la historia de las obras públicas” que ha organizado la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía en la Universidad de Córdoba.

Este curso de posgrado forma parte de un proyecto de investigación y desarrollo que llevan a cabo la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba. “Tenemos la fortuna de vivir en un país con un gran legado de obras públicas”, explica Martínez Vázquez de Parga, “pero un patrimonio que se deteriora mucho por falta de conocimiento”. Iniciativas como ésta le parecen fundamentales, “ya que ayudan a que las administraciones y la sociedad tomen conciencia del valor patrimonial de las obras públicas”.

Se trata de un primer paso: la conciencia colectiva de valor de las obras públicas, que llegan a formar parte de la identidad y la memoria histórica del lugar en el que se ubican. Por ejemplo, el acueducto de Segovia, que se ha conservado no solo por los imponentes sillares con que se construyó, sino porque los segovianos nunca van a permitir su ruina.

La ponencia de Rosario Martínez en el curso de posgrado se ha basado en un ejemplo que a Andalucía le coge más cercano: la recuperación de un astillero del siglo XIX en Matagorda (Puerto Real) y la puesta en marcha, bajo su dirección, del Museo El Dique que hoy muestra el un legado histórico asociado a una actividad productiva y una obra pública que identifica una comarca.

El dique seco de Matagorda es el protagonista del museo y, con él, toda la población de sus alrededores que ha vivido, y vive en la actualidad pese a los avatares de la crisis económica, de la actividad productiva de la construcción de barcos. Rosario Martínez Vázquez de Parga aterrizó en estas tierras en el año 89 y encontró los motivos fundamentales para conservar estas instalaciones y aplicar en ellas todos los criterios antes expuestos para la valoración y la conservación de las obras públicas.

Un trabajo concienzudo de tres años, con un equipo multidisciplinar y el beneplácito de Astilleros Españoles (hoy Navantia) llevó a la inauguración en el año 1992 de un museo que incluye un edificio nuevo con todo tipo de planos, fotografías y herramientas empleadas en la fabricación de los barcos; otros edificios recuperados como salas de exposiciones, oficinas, etc; y un entorno agradable y asombroso que incluye el propio dique seco y piezas de gran formato utilizadas en la construcción de las naves, como las conocidas grúas pico de pato.

“A los ingenieros no nos enseñan a conservar”, explica Rosario Martínez al final de la conferencia, “el pensamiento imperante es la obra nueva”. Por eso, este tipo de cursos en los que se va a hablar de las obras públicas desde diferentes disciplinas, como la ingeniería, la arqueología, la historia, la arquitectura, el cine, la ecología, los movimientos sociales e, incluso, la política, “son tan interesantes; y también por la propia metodología utilizada uniendo con un mismo objetivo un proyecto de investigación histórica y un curso de posgrado sobre las fuentes de información que permitirán estudiar y divulgar la historia y el patrimonio de las obras públicas. Este es el primer enfoque serio que se hace desde una administración autonómica para que se conozca y respete el más público y común de los patrimonios. Felicito a la Junta de Andalucía por su compromiso con este proyecto”.