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La Junta comunica al Ayuntamiento que demorar la llegada del metro a La Malagueta supondrá una aportación extra de 50 millones en la explotación

«Fomento y Vivienda reclamará también la deuda municipal por la obra, de 32,3 millones, y aboga por actuar con “rigor técnico y económico”.»
Representantes de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Málaga en la delegaci´n del Gobierno.
Representantes de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Málaga en la delegaci´n del Gobierno.

21/02/2013

La Consejería de Fomento y Vivienda ha trasladado al Ayuntamiento de Málaga que posponer la apertura del último tramo de las Líneas 1 y 2 del metro, entre Gualdalmedina y La Malagueta, hasta 2020, como implica la fórmula subterránea, supondrá un sobrecoste durante la fase de explotación de 50 millones de euros, que tendrán que asumir ambas administraciones en los porcentajes que determina el convenio de colaboración suscrito en 2003 (75% la Junta y 25% el Ayuntamiento). Esta cuantía se sumaría a la subvención anual a la explotación prevista con la llegada del metro hasta La Malagueta, de 47 millones de euros anuales, que también deberán abonar la Junta y el Ayuntamiento, aportando el 75% y el 25%, respectivamente.  
 
La Junta también ha comunicado al Consistorio, durante la comisión mixta de seguimiento del metro, que le remitirá la acreditación de las certificaciones de obra para la regularización del pago de su participación en la inversión, de acuerdo al mencionado convenio. Ello supone el abono por parte del Ayuntamiento de Málaga, hasta la fecha, de 32,31 millones de euros, que aún no ha empezado a realizar.  
 
“Hoy hemos puesto sobre la mesa con toda claridad y lealtad las cuentas del metro, para que todo el mundo sepa de qué estamos hablando y podamos actuar en consecuencia”, ha señalado José Antonio García Cebrián, viceconse-jero de Fomento y Vivienda. Cebrián ha subrayado que la Consejería está cumpliendo “punto por punto” todos sus compromisos con el Metro de Málaga, “que es la mayor obra pública de Andalucía y que acumula una inversión ejecutada desde su inicio de 560 millones de euros”. “Estamos impulsando las obras, además, en un contexto de extrema dificultad presupuestaria”, ha señalado el viceconsejero, que ha reafirmado el compromiso de la Consejería de poner en servicio las Líneas 1 y 2 hasta el intercambiador de El Perchel-María Zambrano antes de final de año. Este trazado equivale al 83% de la extensión total del metro y constará de 17 estaciones, servidas por siete trenes. La plantilla será de 117 trabajadores.  
 
“Hemos reunido la comisión mixta, que es el órgano de interlocución con el Ayuntamiento, para poner sobre la mesa las cuentas del metro, al objeto que todo el mundo sepa de qué hablamos cuando se plantean diferen-tes opciones o alternativas”, ha señalado Cebrián, que ha recordado que “el metro no se acaba con la inversión en la infraestructura, sino que requerirá a partir de su entrada en servicio de una aportación de las administraciones que permita conjugar su equilibrio económico y su prestación con tarifas propias de un servicio público, es decir, accesible para la mayoría de los ciudadanos”. “Ese servicio público habrá de pagarse”, ha recordado Cebrián, “con dinero de los ciudadanos de Málaga y de toda Andalucía, que con tanto esfuerzo pagan sus impuestos en un contexto de durísima crisis económica”.  
 
El proyecto del Metro de Málaga, ha afirmado Cebrián, se asienta en un convenio de colaboración suscrito entre la Junta y el Consistorio en abril de 2003, que determina unas obligaciones financieras de la Consejería, pero también del Ayuntamiento, “que éste ha incumplido a pesar de nuestros ofrecimientos para buscar fórmulas que flexibilizaran estos pagos, o bien con la posibilidad de compensar la aportación municipal al metro a cambio de inversiones del Ayuntamiento en actuaciones de movilidad sostenible”. “La Junta sí ha cumplido su parte”, ha remarcado, subrayando que el nuevo equipo de la Consejería, llegado en mayo de 2012, situó el metro desde el principio como prioridad y ha dado un “fortísimo impulso a las obras”.  
 
La Consejería ha comunicado al Ayuntamiento que le remitirá un oficio con la acreditación de las certificaciones acumuladas desde el inicio de la obra hasta el 31 de diciembre de 2012 para que regularice y abone la aportación municipal que le corresponde. Esta aportación se cifra actualmente en 32,31 millones de euros y equivale al 25% del tercio de la inversión total real que corresponde a ambas administraciones, una vez descontados los pagos efectuados ya por el Estado.  
 
Al margen de esta cuantía, la Consejería también ha trasladado al Ayuntamiento la necesidad de regularizar convenientemente la aportación municipal en los tramos del metro cuya construcción fue rescatada por la Junta del modelo concesional. En concreto, los tramos Asperones-Doctor Domínguez, Renfe-Guadalmedina y el paso del metro bajo la playa de vías de Adif. En estos tramos, a los que habrá que sumar Guadalmedina-La Malagueta, la financiación es íntegramente presupuestaria y soportada al 100% por la Junta, sin el concurso del crédito del Banco Europeo de Inversiones o la concesiona-ria. Por esta razón, la Consejería plantea la necesidad de que el Ayuntamiento aporte el 25% no sólo del tercio de la inversión, sino de su conjunto.  
 
De acuerdo a la inversión ya efectuada en dichos tramos por el Gobierno andaluz, la aportación municipal se elevaría se eleva ya a 12,71 millones de euros hasta el 31 de diciembre de 2012, cuantía que no ha empezado a pagar. “A partir de esta cuantía se abren dos escenarios. Uno es sobre la opción de finalizar el metro con la solución en superficie que propone la Consejería hasta La Malagueta, lo que supondría una aportación municipal total por valor de 31,3 millones. Esta cuantía se elevaría hasta 48,55 millones en el caso de acometer el último tramo de forma subterránea”, ha explicado Cebrián.  
 
En la comisión se han analizado también otros elementos económicos de la inversión contemplados en el convenio, como la colaboración entre ambas administraciones en la reposición de servicios afectados, cuya cuantificación se seguirá determinando en próximas comisiones, o las mejoras incorporadas a los proyectos ya aprobados por petición expresa del Ayuntamiento de Málaga, en concepto de urbanización, saneamiento o alumbrado, que han supuesto un coste adicional de 16,83 millones de euros, que serán obviamente repercutidos en la tarifa técnica durante la explotación.  
 
Costes de la explotación  
La comisión mixta también ha abordado dos últimos puntos vinculados a las obligaciones de ambas administraciones en relación a la fase de explotación comercial del metro, de acuerdo con lo estipulado en el convenio de colaboración. La Consejería ha planteado al Ayuntamiento los diferentes escenarios en la prestación del servicio de transportes, conforme a la explotación parcial prevista, y las variables económicas para la subvención de explotación, de acuerdo con la previsión de viajeros para las tres fases.  
 
Cebrián ha concretado que la subvención anual de explotación del metro hasta La Malagueta se estima en 47 millones de euros, importe que permite conjugar la necesaria cobertura de los gastos de explotación y costes financieros asociados al reembolso del crédito del BEI, con el establecimiento de unas tarifas finales acordes al precio de un servicio público. De acuerdo al convenio de colaboración, esta aportación es asumida en un 75% por la Junta y en un 25% por el Ayuntamiento.  
 
La Consejería de Fomento defiende la solución en superficie para el tramo final Guadalmedina-La Malagueta, ya que otorga certidumbre técnica, en plazos y económico-financiera a la culminación del proyecto del metro hasta La Malagueta. Esta propuesta, al margen de permitir una transformación urbana en la Alameda Principal, generando un mayor espacio peatonal, permite llevar este sistema de transporte hasta El Palo en 2016, con los mismos recursos previstos en la solución soterrada hasta la Malagueta. En cuanto a la obra, la fórmula en superficie entre Guadalmedina y El Palo supone un coste 438 millones de euros menor que en subterráneo. El metro en superficie permitiría, además, la entrada en servicio de la última parada, La Malagueta, a finales de 2015, anticipando así a esa fecha la consecución del objetivo de demanda de viajeros, de entre 18 y 20 millones de usuarios/año, sobre la que se asienta el equilibrio económico del proyecto del metro.  
 
Aportación a la explotación  
En cambio, y ante la opción de mantener el trazado subterráneo con una previsión de entrada en servicio no anterior a 2020, el déficit de explotación se incrementaría significativamente por la menor demanda real. De hecho, la previsión de viajeros para las Líneas 1 y 2 hasta El Perchel se sitúa en 8 millones de usuarios y hasta Guadalmedina, prevista en 2014, en 12 millones de pasajeros/año. Esta diferencia de viajeros debe ser compensada por ambas administraciones para garantizar el equilibrio económico–financiero del metro.  
 
“Ante esta tesitura, hemos comunicado al alcalde que el soterramiento, además de dificultades técnicas y mayor riesgo de sobrecostes durante la obra, implicaría una aportación adicional en concepto de explotación de 50 millones de euros hasta 2020”, ha afirmado Cebrián, que ha señalado que “el soterramiento tiene por tanto una doble y gravosa consecuencia en un contexto económico especialmente adverso: por un lado, demorar el servicio completo a la ciudadanía de Málaga hasta 2020, y por otro que ambas admi-nistraciones tendrían que incrementar en 50 millones, el 75% la Junta y el 25% el Ayuntamiento, su aportación a la explotación durante dicho periodo”. “A la luz de estos datos, es necesario que el Ayuntamiento reflexione y pondere adecuadamente las consecuencias del soterramiento en el corazón de la ciudad, y analice con rigor técnico y económico el proyecto constructivo que estamos redactando y que concluiremos en abril”, ha añadido.  
 
La Consejería también ha recordado que el convenio de colaboración establece la necesaria coordinación en materia de transporte público entre ambas administraciones para la óptima gestión del sistema de transporte público, una vez incorporado el servicio de metro, y con un criterio de intermodalidad entre el autobús urbano y el metropolitano, que redunde en el mejor servicio posible. En ese sentido, Cebrián ha anunciado al Ayuntamiento que, ante el plan anunciado recientemente por el Consistorio para remodelar las líneas de la EMT, con un solapamiento de trazado entre el autobús y el metro, la Junta elaborará un plan de coordinación para someterlo a consenso, como estipula el convenio.  
 
Reuniones  
Finalmente, la Consejería de Fomento y el Ayuntamiento de Málaga han acordado celebrar reuniones en marzo y abril para evaluar y precisar tanto las obligaciones financieras derivadas del convenio de colaboración, como la necesaria coordinación de la política de transporte con la entrada en servicio del metro.

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