MetroCity reúne las experiencias de movilidad sostenible e intervención urbana de Zaragoza, Barcelona y Burdeos
«Responsables de metros ligeros de referencia explican en Málaga las claves de su éxito.»
El tranvía de Burdeos ha servido para revalorizar el casco histórico.
24/07/2013
Ciudades como Zaragoza, Barcelona y Burdeos han servido esta mañana en Málaga como ejemplos para mostrar la capacidad de regeneración del espacio público de las nuevas infraestructuras de transporte público, en este caso los metros ligeros.
Ignacio Iraburu, director de Comunicación de Tranvía de Zaragoza, ha explicado cómo “el tranvía hace ciudad”, algo que ha ocurrido en la capital aragonesa con la implantación de este sistema de transporte. Con una frecuencia de paso de 5 minutos, 40 minutos de tiempo de recorrido de principio a fin, dos aparcamientos disuasorios para el coche privado y otras medidas de fomento de la movilidad sostenible, los gestores del tranvía de Zaragoza han conseguido que los ciudadanos den una valoración a este medio de transporte público superior a 8 sobre 10 puntos, ha explicado Iraburu.
La narración de la experiencia en Barcelona ha corrido a cargo de Rafael de Cáceres, coordinador de obras del Ayuntamiento de Barcelona entre finales de los 80 y principios de los 90, en la ciudad preolímpica que se aprestaba a uno de los mayores cambios de su historia. De Cáceres ha realizado un recorrido sobre la evolución urbanística de la ciudad para terminar relacionando el transporte público con el crecimiento de las ciudades. También ha explicado cómo la expansión de Barcelona hacia el este y hacia el mar favoreció el desarrollo de infraestructuras del transporte como las dos líneas tranviarias y la red de autobuses urbanos. “La ciudad se tiene que mirar a sí misma, porque primero crece la ciudad y después llega el transporte, que se adapta a sus necesidades reales”, ha señalado De Cáceres.
Por su parte, el tranvía de Burdeos también ha sido objeto de una ponencia. Didier Fenoron, presidente de Velophonie, ha explicado que la llegada del tranvía la ciudad “reconquistó el espacio público” para uso y disfrute de los ciudadanos. El metro ligero supuso una gran oportunidad aprovechada a nivel urbano y metropolitano, ya que sirvió para controlar el crecimiento periférico y evitar el abandono del centro, ha señalado Fenoron.
El proceso de información y participación durante la fase de las obras y de explotación del tranvía resultó fundamental para la aceptación por parte de la ciudad de este medio de transporte, con actividades festivas y educativas, así como con la conformación de un nuevo código de la circulación urbana que incluye al transporte público, peatones, ciclistas y colectivos más vulnerables en la ciudad. El sistema de alquiler de bicicletas públicas, con posibilidad de combinar el transporte público con el transporte no motorizado, también contribuye al éxito del metro ligero, que mueve en la actualidad una media de 73,6 millones de viajeros al año.