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El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, visita las obras de la variante de Lanjarón (Granada)


02/06/2004

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, visita las obras de la variante de Lanjarón sobre la A-348, que acoge el tráfico proveniente de la N-323 entre Granada capital y la costa, y supone la puerta de entrada a la Alpujarra granadina.  
 
La A-348 discurre actualmente por el casco urbano de Lanjarón. Como consecuencia de la elevada intensidad de tráfico (1.525 veh/día), provocada por el atractivo turístico de la comarca alpujarreña, así como por su también elevado porcentaje de vehículos pesados, hace que la travesía de la ciudad presente un alto grado de conflictividad.  
 
Para dar solución a esta problemática, la Junta de Andalucía está construyendo la variante de Lanjarón, la cual discurre por el borde sur del municipio por terrenos catalogados como urbanos por las vigentes Normas Subsidiarías de Planeamiento.  
 
La variante tiene una longitud de 1.218 metros, con tres intersecciones tipo glorieta, aparcamientos a ambos lados y el proyecto contempla obras de urbanización como saneamiento, abastecimiento, alumbrado y comunicaciones.  
 
La inversión del proyecto es de 5,1 millones de euros, a los que hay que añadir el coste adicional de unos aparcamientos de autobuses, un mirador y otras actuaciones llevadas a cabo a partir de unos problemas geotécnicos que han hecho necesarias diversas medidas de contención. En total, la Junta de Andalucía ha invertido 7 millones de euros en las obras de la variante.  
 
Problemática de la construcción  
La obra en general transcurre por una zona de especial complejidad geotécnica, por lo que además de importantes movimientos de tierras se requiere construir muros con cimentaciones especiales, siendo también de gran importancia el drenaje, habida cuenta de que todas las corrientes de agua que bajan por la ladera en que se encuentra el pueblo atraviesan la carretera.  
 
El tramo situado en los últimos 300 metros, del PK 0+900 al PK 1+218, es el que presenta mayores dificultades de tipo geotécnico, por estar situado encima de un deslizamiento histórico de los esquistos pizarrosos que conforman el subsuelo de la zona.  
 
Por ello, en esta zona se ha diseñado un sistema de muros sobre pilotes reforzados con anclajes e inyecciones para posteriormente realizar el terraplén de 10 metros previsto.  
 
La carga de dicho terraplén debe de realizarse lentamente y con un seguimiento minucioso de posibles movimientos mediante instrumentación adecuada a fin de hacer un seguimiento adecuado del comportamiento del terreno.  

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